jueves, 11 de agosto de 2016

¿Aumenta el tono opositor al Papa?

 
 
Se sabe con certeza que después del Sínodo de la familia y la carta de los 13 prelados disidentes, son varios los cardenales de la curia vaticana que manifiestan más que una simple oposición y, veladamente, reconocen que no toleran más los intentos reformistas del Papa Francisco.
muchos pensaron que esta oposición al Papa Bergoglio disminuiría al concluir el Sínodo, pero muy por el contrario, este año se han producido una seguidilla de hechos que dan cuenta de que Cardenales como Angelo Sodano, Tarcisio Bertone, Marc Ouellet, George Pell, Camilo Ruini, Carlo Cafarra, Giovanni Batista Re, Angelo Scola, Elio Sgreccia, Walter Bradmüller y Roberto Sarah, están pasando desde sus posiciones ultraconservadoras de la oposición directa a la silenciosa conspiración anti Bergoglio.
 
En Roma,, este ambiente ocultado por muchos se observa y se calla, pero cada vez es más nítida una sincronizada red de operadores protegidos por estos poderosos cardenales que no titubean en manifestar ante la prensa una "lealtad al Santo padre", pero desde las sombras siembran temor, desconfianza y desobediencia ante ciertas líneas de acción que propone el Papa. Además, les irrita lo que pidió desde la Plaza de san pedro al inicio de su mandato "una iglesia pobre para los pobres".
 
El Cardenal Müller: de la carta y el libro a la descalificación.
 
Lo único que quería el cardenal Müller cuando termino de redactar la polémica carta de los trece Cardenales al final del Sínodo último, es que el Papa Francisco tuviera una reacción de inmediata molestia... Pero ese episodio no ocurrió y la carta, en su momento, más bien tuvo una respuesta de entendimiento y comprensión a lo que los prelados criticaban tan duramente. Recientemente se repite la acción de los "cardenales inquietos". Fue cuando Francisco en su viaje a Armenia, reivindicó con palabras adecuadas y prudentes un necesario dialogo ecuménico, agregando que la Reforma de Lutero fue "una medicina para la Iglesia". Ante esta afirmación papal, Müller lanzó una andanada de fuertes críticas por este reconocimiento histórico y globalizó su famosa sentencia de "protestanización" de la Iglesia, auspiciada desde la más alta esfera del Vaticano, esta afirmación circuló con fuerza y beneplácito en los distintos dicasterios.
 
Como es bien conocida la distancia  y diferencia -no sólo teológica- que hay entre el Cardenal Müller y el papa, ahora sólo reseñamos una de las últimas diferencias entre ambos y conocida por la prensa especializada romana. a tres meses del arribo de Francisco a   la ciudad sueca de Lund para participar de la conmemoración de   los 500 años de la Reforma iniciada por Lutero, en un tono desafiante Müller señaló que "nosotros los católicos no tenemos ningún motivo para festejar el 31 de octubre de 1517, es decir, el comienzo de la Reforma que llevó a la ruptura de la cristiandad occidental2. Es evidente que la forma, la oportunidad y el tono usado por el cardenal alemán produjo perplejidad y no poco desconcierto ante el gobierno de Suecia y en la Federación Luterana Mundial.
 
También el cardenal Müller aprovechó su viaje a Madrid y Oviedo en que presentó su polémico libro "Informe sobre la esperanza" (Ed. BAC) para reafirmar posiciones doctrinales diferentes a las que postula el Papa Francisco en Amoris Laetitia, reafirmando allí que es "una contradicción" estar divorciado y vuelto a casar y querer comulgar y ha insistido que "ningún Papa puede cambiar la doctrina sobre los sacramentos del matrimonio y la eucaristía"
 
Ante estos preocupantes hechos observadores atentos a la nomenclatura vaticana, indican que estas acciones y operaciones de cardenales "opositores al Papa", están llegandoi aun límite inaceptable, no solo porque dañan la necesaria unidad eclesial para la misión, sino porque dan cuenta de que hay activos poderosos intereses que quieren desestabilizar el enorme liderazgo de Francisco, que persiste en sus intentos por hacer algunas determinantes reformas en la pesada y burocrática estructura de la curia vatican que se protege como un solo cuerpo ante estos intereses de cambio, en especial los que tienen relación con el ámbito de las finanzas y el quehacer del poderoso IOR.
 
En esta estrategia desgastadora y cansadora para el sumo pontífice, hoy emerge con fuerza otra voz, la del Cardenal Robert Sarah que llegó desde África el año 2001, llamado entusiastamente por Juan Pablo II. Años más tarde en el 2010, Benedicto XVI le crea cardenal y en el 2014 es Francisco quien lo nombra Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los sacramentos.

Jaime Escobar
Agosto "016



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario